Felicidad en movimiento

running1

“Aquellos que piensan que no tienen tiempo para hacer ejercicio, tarde o temprano tendrán que encontrar tiempo para estar enfermos” -Edward Stanley-

¿Te has puesto a pensar en la importancia que tiene tu estado de salud en tu sensación de felicidad?

Cuidar nuestro cuerpo es clave para ser feliz. Quizá resulte obvio decirlo, pero es el único lugar que tenemos para vivir y cuando nos sentimos mal o no tenemos la energía suficiente para llevar a cabo nuestras actividades… ser feliz es más complicado.

Si tuviera que apostar diría que en algún momento de tu vida has escuchado las tres reglas de oro de la salud: Hacer ejercicio, comer sano y dormir suficiente. En la publicación de la semana pasada hablamos sobre la importancia de descansar. Hoy toca moverse.

El libro “Come, muévete y duerme” de Tom Rath, es uno de los libros que más me han servido para entender el papel protagonista que el ejercicio y el movimiento tienen en nuestro bienestar físico y emocional. Está lleno de datos de esos que impresionan y motivan a hacer cambios pequeños, pero que suman en el tiempo.

Cuando hacemos ejercicio nuestro cerebro produce endorfinas, que son hormonas directamente asociadas a la felicidad. Es por esto que después de hacer ejercicio nuestros niveles de energía y sensación de felicidad aumentan. En largo plazo, el ejercicio alivia el estrés, baja la presión arterial, reduce el colesterol, mejora el estado de ánimo, eleva la creatividad y alarga nuestras vidas.

Con frecuencia relacionamos las palabras “hacer ejercicio” con actividades físicas intensas que nos hacen sudar la gota gorda. Si te gustan, tienes tiempo y eres disciplinado para hacerlas, ¡Súper! Pero si este no es tu caso… encontrar la manera de moverte naturalmente y agregarle acción a tu rutina sería una buena idea.

¿Cuántas horas al día estás sentado?

Hoy en día pasamos, en promedio, más tiempo sentados que durmiendo. Despertamos en la mañana y nos sentamos a tomar café leyendo noticias o revisando el teléfono. Luego nos sentamos en el carro para ir al trabajo y aquí el tiempo de traslado puede estar entre media hora y tres horas. En la oficina estamos sentados entre 8 y 10 horas –la oficina móvil de las mamás también cuenta-. Manejamos sentados de regreso a casa, a donde llegamos a relajarnos –sentados- viendo la televisión. Nuestros hijos también pasan muchas horas en una silla en el colegio, en un sillón viendo Netflix o derretidos en la cama usando aparatos electrónicos.

El cuerpo humano no está diseñado para esto. Nuestros ancestros pasaban la mayor parte del día moviéndose a pie o de manera natural –cazando, buscando agua, cuidando la tierra, pastoreando-. Las labores requerían de más trabajo físico. En cambio hoy podemos resolver muchas cosas haciendo “click” en todo tipo de aparatos electrónicos. Las lavadoras de ropa y los aparatos electrodomésticos han cambiado la manera en que cocinamos y limpiamos. Cada vez podemos hacer más cosas desde nuestro teléfono inteligente: ordenar comida, pagar cuentas, monitorear la seguridad de lugares y hasta enviarle un ecocardiograma al doctor con una aplicación. Todo esto hace nuestra vida más fácil, cómoda y eficiente. Pero estamos eliminando oportunidades de movimiento y el costo es alto en términos de salud.

Dice Tom Rath que estar sentado es la amenaza a la salud más subestimada de nuestros tiempos. Te comparto algunos datos escabrosos que presenta en su libro:

  • Según estudios de la Clínica Mayo estar sentados es igual de peligroso para el corazón que fumar. Actualmente, la inactividad mata a más personas que el cigarro.
  • Estar sentado más de seis horas al día incrementa tu riesgo de morir joven.
  • En cuanto te sientas, la actividad eléctrica de tus piernas se apaga, el número de calorías quemadas baja a 1 por minuto y la producción de enzimas que ayudan a disolver la grasa se reduce en 90% por ciento.
  • Después de dos horas de estar sentado, tu colesterol bueno cae 20%, esto hace que el riesgo de una enfermedad cardiovascular aumente.
  • Cuando estás sentado presionas células que hacen que el cuerpo produzca 50% más grasa. Sentarte por periodos largos de tiempo literalmente hace que te crezcan la panza y las caderas.
  • Datos muestran que las personas que ven televisión más de cuatro horas al día tienen el doble de probabilidades de tener un evento cardiaco que los mate o los mande al hospital.
  • Una persona que ve más de 6 horas al día de TV tiende a vivir en promedio 5 años menos.

Impresionante… ¿No?

Pareciera que tenemos que incomodarnos un poco más para mejorar nuestra salud y felicidad y hacer un esfuerzo deliberado para introducir movimientos naturales en nuestra rutina.

¿Qué podemos hacer? Cambios pequeños acumulados en el tiempo tienen la capacidad de transformar nuestras vidas. Estas son algunas ideas:

  • Si tienes que trabajar muchas horas sentado haz pausas. Toma agua para que al menos tengas que levantarte al baño.
  • Pon una alarma en tu reloj que suene cada 20 minutos y levántate a caminar alrededor de tu oficina.
  • Sé creativa y encuentra tiempo para caminar. Según estudios de la Clínica Mayo una caminata dinámica diaria de 10 minutos puede disminuir el riesgo de un ataque cardiaco a la mitad.
  • Reduce tu consumo de televisión y dedica el tiempo recuperado al ejercicio.
  • Graba tus series o programas favoritos y ponles “play” mientras te mueves.
  • Encuentra oportunidades para estar de pie, por ejemplo, toma las llamadas de teléfono estado parado o caminando en tu sala, cocina u oficina.
  • Sube al cuarto de tus hijos para avisarles que ya está la cena en lugar de enviarles un “WhatsApp”.
  • Usa las escaleras en lugar del elevador y estaciónate lejos.
  • Trabaja en tu jardín.
  • Juega con tus hijos en el parque en vez de saludarlos sentado desde tu banca.

Organiza tu entorno de manera que tengas que moverte, en lugar de organizarlo para tu conveniencia. Incomodándonos un poco podemos mejorar nuestro bienestar físico y emocional.

¿Qué pequeño cambio vas a hacer hoy para moverte más?

4 thoughts on “Felicidad en movimiento

Comments are closed.